El kéfir de leche es una bebida fermentada que se obtiene a partir de nódulos o gránulos de kéfir de leche, los cuales están compuestos por bacterias lácticas y levaduras. Cada tipo de nódulo tiene una composición y concentración de microorganismos distintas, lo que significa que el kéfir producido con unos nódulos no será igual al producido con otros.
Para hacer kéfir de leche, se puede utilizar cualquier tipo de leche y la proporción de nódulos/leche suele ser de 1:10 a 2:10, es decir, de 50 a 100 gramos de nódulos por cada 500 mililitros de leche. La fermentación se lleva a cabo a temperatura ambiente durante 24 horas o hasta que la leche se haya coagulado y acidificado.
Durante la fermentación, los microorganismos del kéfir utilizan la lactosa de la leche para producir ácido láctico, dióxido de carbono y alcohol. Sin embargo, los microorganismos no consumen la lactosa como tal, sino que la descomponen en glucosa y galactosa. Esto significa que es posible producir kéfir de leche con leche deslactosada.
Aunque los diferentes nódulos tienen diferentes capacidades fermentativas, es más probable que una persona con intolerancia a la lactosa tolere y digiera mejor el kéfir de leche que la leche. Sin embargo, se sugiere que las personas con intolerancia a la lactosa prueben pequeñas cantidades de kéfir de leche crecientes para determinar su límite.
En resumen, el kéfir de leche es una bebida fermentada con numerosos microorganismos beneficiosos para la salud y puede ser una opción más tolerable para personas con intolerancia a la lactosa. ¡Anímate a probarlo y a experimentar con diferentes tipos de leche y nódulos!
